PROMESA OTOÑAL
Caminos
que solíamos andar
eternizando
las horas del verano
que fugan lentas
y se aletargan
en tu suave risa.
Llueven recuerdos
de tu voz cristalina
que hoy se asemeja
a un pájaro dormido
en el resquicio
que ha dejado tu ausencia
en mi alma, que duele
y lastima.
Llueve con quietud
de espera.
Y el camino que solíamos andar
de pronto se puebla
de hojas pardas
que caen en silencio
como lágrimas.
Y es el otoño
que va naciendo
de la ausencia;
y penetra su soledad
y su niebla
en mis arterias que queman
con dolor de adiós.
Caminos
surcados de tus pasos
ausentes;
de tu voz de mirlo solitario,
de tu fragancia
de paz y lavanda;
de tu promesa amada
en mitad del otoño
que canta
que volverás.
Lluvia otoñal
que hoy lava mi llanto
que nunca más será
cuando tu voz y tu risa
me vuelvan el alma a rozar.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
hija Natalie, cuando
se fue un tiempo a Europa
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