CARACOLAS DORMIDAS
Quería decirte hijita amada,
de tus tiernas caracolas
y tus piedrecillas blancas,
que me regalaste silenciosa
una tarde melancólica.
Caracolas dormidas
que se parecen a tus ojos.
Piedrecillas blancas
de tu playa
donde pasean tus pies sigilosos.
Aquí están salpicadas
de tu dulzura
frente a mis lágrimas,
que sólo saben decirte:
"Gracias por amarme".
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
hija Natalie
De mi poemario
"Por el valle de los aromas"
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