MAÑANA DE AMOR
Puedo sentirlo.
Es la leve canción
de las hojas,
es el murmullo
de los campos,
es su amor
que va conmigo
a solas.
Dios me ama
esta mañana,
y mece mi alma
en la tibieza de Abril.
Y yo lo amo
en el agua,
que va deslizándose
tierna y mansa
entre dos caminos,
arrastrando consigo
el misterio
de la eternidad.
Dios me ama, si,
y va regalándome
en la tibia mañana
estas dulces felicidades.
INGRID ZETTERBERG
Año 2,007
De mi poemario
"El árbol invencible"
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