TIERNAS MANOS
Niño que fuiste
en mi vida
esperanza taciturna;
la plantita
incrustada
por tus infantiles manos,
tiene dos ramitas
de sol naciente.
La regué
con la fe de tu alma,
y la mimé
con el silencio
de mis lágrimas.
Para mecerte
he nacido.
He atravesado
solitarias nubes,
para llegar
hasta la claridad
de tu casta vida
a ofrecerte mis rodillas.
Para sembrar
contigo
este verdor
junto a la puerta.
Ahí yace esperando
tu voz humilde
de infancia dormida.
Y tú la llamarás
por mi nombre,
y jugarás con la tierra
y el agua
como entonces.
En la mística tarde
en que me vaya,
habrá brotado
una hoja melancólica
de Abril.
Mi niño,
al fin estoy en ti.
Ya mis ojos
miran por tus ojos;
y en tu mano extiendes
un dulce pan para mí.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado nieto Adrián,
a sus 4 años maravillosos, en Abril
del 2,010 en Miami, Florida.
De mi poemario
"Tu luz y mis versos"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112
Como siempre dulce y bellos versos dedicas a tu nieto Adrián, un placer leerte amiga.
ResponderBorrarUn gran abrazo.
Gracias amigo Juan por asomarte a mis versos y dejarme tan linda respuesta. Un abrazo grande amigo.
BorrarINGRID!
ResponderBorrarQuanto amor e ternura há em tuas letras!
Muito emotivas estas palavras que dedicas ao teu nieto Adrian.
É sempre um prazer ler-te!
Un fuerte abrazo!
Gracias Anibal por recorrer mis versos y dejarme tan bonito comentario. Un abrazo grande.
ResponderBorrarIncrid.
ResponderBorrarCon que esencia tan reciente plasma tus poemas.
Que ternura hay ante ti y tu nieto Adrián.
Con esa fragilidad de cuerpecito donde se adentra todo bondad y cariño extendido para sembrar en su dulce hogar.
Un abrazo enorme!¡
Gracias mi estimada Mónica por visitar mis versos que le hice a mi nieto mayor hace años, y dejarme tan hermoso comentario que valoro mucho. Un abrazo afectuoso.
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