PARA MI NIÑO ADRIÁN
Vida,
ya te has ido.
Y te llevaste
mi adiós herido.
No quería lágrimas,
sólo el clamor de los pájaros
en esta tarde inmensa.
Sólo la inocente ausencia
y todo el adiós contenido
en unos ojos de niño.
Ay niño mío,
que me has dejado
un sabor de llanto
en aquella guitarra
que sangra
tu cálida voz lejana.
Estos versos alados
viajan desde mi alma
hasta ese tierno rincón
donde habitan tus manos.
¡Ay niño mío!
¿quién inventó este nuevo dolor?
¿esta distancia
que en lo hondo cala?
Yo te siento volver
en la música
de fuentes que cantan.
Yo te siento sollozar
en esa guitarra,
con las lágrimas mías,
¡Ay niño de mi alma!
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado
nietecito Adrián
en el año 2,012
De mi poemario
"Por el valle de los aromas"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. 1006080193112