SINTIENDO
En este sol de Octubre,
yo puedo sentir
los colores infinitos
de Dios,
mientras la vida juega,
y como niña traviesa
se asoma
entre los árboles.
Luego ríe
y resbala suavemente
entre las tranquilas
ventanas cerradas
de la muerte.
Y en esta luz de Octubre,
yo me entrego a Cristo
por amor;
y siento a la vida
como delicioso juego
entre mi Dios y yo.
INGRID ZETTERBERG
De mi poemario
"El árbol invencible"
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